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Mosca doméstica

Por su naturaleza, las moscas se crían y se alimentan en condiciones insalubres donde las larvas se alimentan de materia orgánica en descomposición. Las hembras eligen lugares apropiados de vegetación descompuesta o cuerpos de animales para poner sus huevos. Los adultos emergen de las pupas en estos sitios asquerosos y mientras lo hacen, resultan contaminados con organismos causantes de enfermedades. Con frecuencia pasan a áreas delicadas para buscar alimento. Estas áreas a menudo son lugares donde se preparan, procesan o consumen alimentos.

Sin embargo, existen muchos tipos de “moscas” y, a menudo, se llama mosca o mosquito a casi cualquier tipo de insecto volador. Así, tenemos las moscas de drenaje o de baño (Pschycoda alternata) o las moscas del vinagre (familia drosophila) como habituales colonizadores de viviendas, recintos hosteleros y, en general, espacios donde se desarrolla la vida humana.

Chinches

La chinche de las camas (Cimex lectularius) no tiene alas y son insectos con unas fuertes piezas bucales que les sirven para extraer la sangre de sus huéspedes. Son de hábitos nocturnos y durante el día permanecen escondidas en rincones y espacios oscuros próximos a sus víctimas. Sólo se alimenta cuando tiene necesidad de ello, permaneciendo oculta el resto del tiempo, procreando. Las hembras pueden poner hasta 200 huevos a lo largo de su vida, y las crías que salen de éstas son iguales que los adultos pero más pequeños y tienen los mismos hábitos alimentarios. Una chinche en ayunas presenta una forma redondeada y aplanada, pero puede aumentar su tamaño de manera importante tras una ingesta suficiente de sangre.

Garrapatas

No se trata de insectos, si no de arácnidos. Se alimentan exclusivamente de la sangre de los mamíferos. Existen varios tipos de garrapatas, pero las más habituales son la garrapata común (Ixodes ricinus) y la parda del perro (Rhipicephalus sanguineus). Se mantienen en lo alto de las hojas de hierba o de otras plantas o en sitios similares a la espera de que pase por la zona un potencial huésped. En ese momento se sueltan de su posición y se enganchan al huésped del que se alimentarán y sobre el que se mantendrán inmóviles durante unos días. Cuando han succionado la suficiente sangre, se dejan caer otra vez y reinician el ciclo. Por ello, es peligroso pasar por zonas de paso habitual de ganado o de animales salvajes que puedan estar parasitados. Pueden transmitir diversas enfermedades.

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